No, no soy corredor. Correr es malo para ti. No, yo no corro. Es malo para las rodillas. Es malo para tus caderas. Correr te causará artritis. Correr pone demasiado estrés en tu cuerpo. Correr arruinará tu columna vertebral. Correr dañará tus huesos y tendones.
Seguro ya has escuchado todo esto de amigos, compañeros de trabajo y cualquier otra persona cuando descubren que corres. Quieren darte su opinión acerca de cómo no deberías correr tanto o directamente nada.
Por mi parte estoy harto de eso. Sí, correr es difícil. Sí, correr a veces duele. Sí, hay probabilidad de lastimarte si uno lo practica demasiado. Pero tus opiniones sin fundamentos se pueden ir a la Mier… a otro planeta. No corres porque eres flojo. No corres porque es difícil. No corres porque eres mentalmente (y físicamente) débil. No corres porque te rindes demasiado fácil.
La gente te dice que no corras y que es malo para ti, porque están celosos de no tener la fuerza de carácter para persistir durante los primeros meses de un programa. Si haces cualquier tipo de ejercicio por primera vez, va a ser difícil y vas a doler (descubrirás músculos que no sabías que existían), pero debes perseverar para que tu cuerpo se adapte gradualmente y se vuelva más fuerte y resistente. Una vez que avances en esta fase de adaptación, ya no te será tan difícil.
Pero el compromiso y la dedicación son cosas difíciles. Y difícil es demasiado duro.
¡Así que mis amigos corredores, ignoren a los detractores y corran duro y seguido sabiendo que le estás entregando un mundo de cosas buenas a tu cuerpo!
PD. Demás esta decir que esta breve columna se puede aplicar no solo a correr sino que a muchas otras actividades físicas.
