Hay momentos en los que el cuerpo pide parar y la cabeza empieza a negociar. Y justo ahí, aparece una frase. Una palabra que te despierta, que te ordena, que te empuja.
Últimamente la mía es “No seas cagón”. No suena espiritual, pero funciona. Cada vez que la repito, cambio el rumbo.
Un mantra no tiene que ser bonito, tiene que servir. Es ese código mental que reprograma el cansancio y te hace seguir. Algunos repiten “yo puedo”, otros “solo un kilómetro más”, y otros simplemente “hazlo, joder”.
De eso hablo en el nuevo episodio de Tusdesafios Podcast: de las frases que nos sostienen cuando todo se pone cuesta arriba.
🎧 Escúchalo en Spotify: El poder de una frase