Al entrenar cada vez más seguido, al buscar cada vez cruzar más metas o llegar más lejos, tu cuerpo te irá dando alertas, dolores que van y vienen, otros que se quedan por un rato. Dolores que aparecen durante las sesiones de entrenamiento, otros que aparecen en las salidas largas, otros cuando estás bajo mucho stress físico durante una carrera.
El truco no es quitar los dolores del camino, ni separar la mente del cuerpo como si de alguna religión se tratase, sino que va de conocer los dolores, muchos están ahí para ser atendidos, pero otros aparecen como una forma del cuerpo para boicotear el entrenamiento o la carrera. A veces nuestro cuerpo, previo a que suceda algo, especialmente cuando cree que se nos va a agotar la energía, nos va alertando en base a dolor o desgaste que no deberíamos seguir. La mayoría de las veces para tratar de llevarnos de regreso a nuestra zona de confort y ahí es donde el tiempo te dirá si de verdad debes creer las alertas porque pasará a una luz roja o a un gran signo pare, o es nuestro cuerpo y mente intentando regresarnos a nuestro cómodo sofa.
Te irás dando cuenta que con molestias podrás seguir, algunas serán parte del juego, como un compañero que no te suelta, pero ahí esta la fuerza de cada uno, que si le das espacio y tiempo saldrá a tu rescate.
